jueves, 7 de junio de 2012

Amor travieso




Llevaba 3 años sin ver a mi novio. Se encontraba viviendo en otro país, solía enojarme con sus bromas y se escudaba en tener mala memoria, le perdonaba por no acordarse de cosas que habíamos vivido la última vez que nos vimos. Pero un tiempo para acá, perdí contacto con él, no se conectaba a las redes sociales, que por cierto, era el único medio que tenía para hablar con él…  


Un día que estaba en mi oficina, y cansada de tanto trabajo, me sumergí en la imagen que arrojaba la ventana, perdí mi mirada y a lo lejos escuché una voz. –Stefanía-. Lo extraño tanto que pienso escuchar su voz. Pensé para mis adentros. –Stefanía- La voz insistía. Mis compañeras de trabajo me llamaban para que prestara atención a la persona que me estaba buscando. Reaccioné y volteé a ver quién me buscaba; un escalofrío me recorrió el cuerpo y un vacío desde mi garganta hasta mi estómago hizo empalidecer mi tez. Mis compañeras se miraban desconcertadas porque no entendían mi reacción, hacía poco les decía que hace rato no hablaba con él. No podía creerlo, era él. Vi su sonrisa, sus brazos abiertos dispuestos a cubrirme; como pude me levanté de la silla y corrí a sus brazos, lo abracé con esa efusividad, sentir su calor me reconfortó demasiado; en mi oído izquierdo sentí un zumbido que me dejó petrificada, una voz en mi interior me dijo que pronunciara la palabra <Marco> y lo hice, él se quedó pensativo y entonces entendí, no te molestes en encontrar lo que debes decir porque no es una palabra que tenga rima; sólo sonrió y me dijo, recuerda que tengo mala memoria, mejor dame un abrazo. Esta vez no lo sentí igual, lo sentí frío, así que comprendí que Santiago había conseguido un doble exacto de él, si quería hacerme una broma no le salió completa, de modo que, acostumbrada a las suyas, sólo le dije a aquel hombre que se marchara. Abrí Facebook y vaya sorpresa, había activado su cuenta de nuevo, tendría sentido, si ya había “aparecido” no tenía por qué esconderse de mí. Dejé un mensaje en su muro, -No creí que tus bromas cayeran tan bajo… te odio, pero así te amo.

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