
A ella le gustaba jugar a hacer figuras sobre la arena, y luego ver cómo las olas del mar se llevaban con su vaivén lo que había trazado, la hacía feliz hacerlo una y otra vez… Le encantaba esa combinación: Arena para escribir los malos momentos y agua para limpiarlos, llevándoselos en su caudal para ser purificados por su grandeza y traerlos de vuelta a sus pies.
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